Es la película de nuestras ganas, de nuestras ganas de explotar, de liberarnos, de arrancarnos la estricta represión de la sociedad y de poder resolver todos los conflictos que dejamos a medias en el pasado con personas que aún amargan nuestro presente.
'Llega un punto en el que cada golpe y cada corte nos parece normal, como si fuese la música de fondo, que necesitas que esté, la escuchas, la disfrutas, pero no estás pensando en cómo suena ni de dónde sale'
Son las agallas que nos faltan y la ausencia de miedo, porque, citando a Damián, 'Todos podemos perder el control'.
La creación de seis películas en una, personajes que llegan para irse pero evolucionan en situaciones que permanecen. Historias hiladas mediante sensaciones, sentimientos, historias reales en personajes tan humanos como los espectadores.
'La película es el placer de la liberación después de la opresión. La violencia, es secundaria'. Así contestó Damián cuando se le preguntó por la cantidad de violencia de la película. Es cierto que 'Relatos Salvajes' no se queda corta en violencia explícita, pero toda está justificada, cuando aparece sangre en la pantalla, estás deseando que aparezca.
Llega un punto en el que cada golpe y cada corte nos parece normal, como si fuese la música de fondo, que necesitas que esté, la escuchas, la disfrutas, pero no estás pensando en cómo suena ni de dónde sale. Lo que ocupa nuestra vista y nuestra mente es, como él dice, la liberación, y ésta, está representada mediante violencia.
Consigue que te quedes con ganas de más, pero no ganas de que continúe alguna de las seis historias, como a veces ocurre con las películas, que te introducen tanto que forjan la necesidad de querer seguir viviendo en el mundo que han creado en la gran pantalla, sino con ganas de más relatos a cada cual más salvaje. De más personajes, de más películas. No crea otro mundo ni otra realidad paralela a la nuestra, sino una, tal vez más real y más humanamente imperfecta que en la que vivimos.
'Esta película no me dejaba pensar en otras que estoy haciendo, intentaba desarrollar otra idea y acababa pensando en los relatos'
De 'Relatos Salvajes' no se extrae un argumento, se extrae éxtasis de auto-realización, quitando importancia a la repercusión que tendría si los personajes continuasen existiendo después de su explosión física y mental.
Tras ver esta película tan cercana y envolvente, un coloquio acerca de ella, acerca de cómo se hizo, podría habernos arrancado la magia de la misma. Sin embargo, Damián Szifrón es tan real y cercano como ella. Damián es su película, es alentador y sincero.
A cada pregunta contestó poniendo en todas sus palabras el mismo entusiasmo que les ponían los alumnos al dirigirse a él, como si también estuviese fascinado con lo que acabábamos de contemplar en aquella sala.
'Ésta película no me dejaba pensar en otras que estoy haciendo, intentaba desarrollar otra idea y acababa pensando en los relatos'.
Tal vez por ésto la película es tan cercana, porque relata lo que siempre quisimos hacer elevado al extremo. Relata lo que no nos deja pensar en otra cosa, lo que nos come. Y lo convierte en diversión y entretenimiento. Quizás después de verla seamos más optimistas con lo que nos saca de quicio.
Con la soltura de un amigo para dialogar y la facilidad de Groucho Marx para irse por las ramas y acabar contando algo aún más interesante que lo que se le preguntaba, Damián compartió con nosotros, no sólo su maravillosa película, sino también, su fascinante mente.
Por Irene Barredo, alumna del área de cinematografía y TV.
