En el anterior post establecía los contextos dramáticos por los que una historia suele pasar. El guión cinematográfico de una película suele contar cómo una situación de equilibrio sufre una ruptura, entra en crisis y tiene que buscar un ajuste. Si no tenemos conflicto, no tenemos la posibilidad de interesar a nadie.
En los conflictos es necesario establecer una jerarquía, ya que en un guion vamos a encontrarnos varios. La cuestión no es cuántos hay, aunque si hay muchos te puede pasar lo que en la serie 'Perdidos', que acabas literalmente perdido con una horda de fanáticos queriendo apedrearte por no saber resolverlos. La cuestión es qué tipos de conflictos hay y saber identificar en qué nivel están. Hablaremos de tres niveles:
- Conflicto básico: es el más superficial. Se entiende de una forma total en el guion, establece la necesidad dramática del personaje. Para fijarlo necesitamos designar un protagonista, qué busca (normalmente un objeto externo) y detallar los obstáculos que se va a encontrar en esa búsqueda. Contiene tramas canónicas de acción, o sea, argumentos universales.
- Conflictos de relación: es el conflicto que los personajes generan al interactuar con otros personajes. Genera subtramas. Conviene fijar un buen antagonista que equilibre al protagonista y unos buenos personajes de apoyo para que todo el peso de la historia no recaiga sobre él.
- Conflicto interno: viene generado normalmente por el pasado. Va a generar historias interiores que tienen que ver con los arcos de transformación de los personajes. Un relato cinematográfico comienza cuando los conflictos internos de los personajes quedan definidos y comienza su evolución.