Soy alumna del Máster de cine experimental y documental artístico en la Escuela TAI y, como tal, aprendo a intentar ser todo lo autosuficiente que el proyecto en cuestión me permite. Con todo, me refiero a que mi enseñanza comprende tanto la dirección de fotografía como el manejo del sonido, montaje, producción, etcétera. Nos preparan, pues, para ser realizadores.
Les cuento esto porque la pasada semana tuvimos la oportunidad de conocer a Virginia García Del Pino, directora de cine de no ficción, que acudió a la escuela con objeto de hablarnos acerca de su experiencia como realizadora.
Nacida en barrio de inmigrantes de Barcelona, Virginia estudió ciencias puras para matricularse en la carrera de arquitectura – que posteriormente abandonó. Finalmente, se licenció en Bellas Artes y, tras hacer algunos cursillos de cine, consiguió una beca para ir a México; donde se gesta la mayoría de su obra audiovisual. Aunque comenzó haciendo diaporamas (Pare de sufrir, 2002); pronto adquirió una cámara y no ha parado de filmar desde entonces (actualmente se encuentra haciendo una película con Basilio Martin Patino).
“Cuando tú preguntas algo, la gente te contesta otra cosa. Una pregunta siempre es una amenaza para el que va a contestar. Así que aprendí a no ser directa” – nos cuenta Virginia en referencia a su experiencia filmando Sí señora (México, 2012).
“Lo importante es la sinceridad con la que te enfrentas a aquello que vas a retratar. Yo fui allí y quería saber eso. Tiene que ser una necesidad saber de aquello, tiene que haber un porqué para hacerlo en película.”
Virginia insiste en la importancia de tener una necesidad real de saber sobre algo concreto y, entonces, filmarlo. Por su experiencia, la gente te responde cuando preguntas por cosas que verdaderamente quieres saber. Con esta fórmula, Virginia filma Lo que tú dices que soy (España, 2007); película documental que le abrirá las puertas a numerosos festivales internacionales, museos y filmotecas.
Con respecto a la vía que sigue para escoger a los protagonistas de sus películas, Virginia aclara que nunca trabaja con una persona a la que tiene que convencer, porque no suele funcionar. “El cine tiene que ver con la emoción, y la emoción te la da la empatía con el personaje".
Su trabajo claramente podría considerarse de guerrilla, debido a que la mayoría de las veces se encuentra trabajando sola a lo largo de todo el proceso; incluyendo la petición de permisos para grabar – lo cual insiste en que es una de las cosas que más difícil le resulta.
Viva amante de lo que hace, autárquica e intrépida, Virginia García Del Pino nos ha dado herramientas que deberemos poner en práctica a lo largo de nuestra carrera personal y profesional. “Para ser un buen director de cine tienes que transmitir algo. Qué pinto yo en este mundo y qué tengo que decir. Todo el mundo tiene algo de especial. Pero para que despunten tus cosas tienen que tener algo tuyo”.
Por Virginia Rota.
Alumno del Máster de cine experimental y documental artístico.
