Las paredes cuentan historias. Las paredes de dormitorios guardan también los sueños y las de habitaciones de hotel guardan más sueños y cuentan más historias que ningunas.
Pablo Martínez Muñiz, profesor del Grado en Fotografía, ha fotografiado durante los últimos 10 años las habitaciones de hotel que recorrió por todos sus viajes, desde Grecia hasta la India, o hasta Túnez. Fotografías a partir de las cuales la Fundación FIart lanzó el verano pasado el concurso Desafíos XTRart, elaboración de microrrelatos a partir de imágenes. Los seis microrrelatos ganadores serán expuestos junto a la serie compuesta de treinta fotografías desde el 17 de octubre (inauguración a las 20:00) hasta el 21 de noviembre de 2014 en la fundación FIart (C/ de las Infantas, 27, Madrid).
Cada esquina, sábana, lámpara o mueble transmite una sensación, un olor, el tacto, las situaciones que han pasado por todo ello, e incluso hasta qué punto se puede o no conciliar el sueño en esos lugares.
La exposición recuerda a cuando vamos de viaje y, normalmente, la primera foto que hacemos es a la habitación del hotel para enviársela a alguien o simplemente para guardarla y poder enseñarla diciendo: 'Mira, esta era mi habitación', tanto como para presumir de la gozosa estancia como para utilizar la fotografía como motivo de queja una y otra vez.
Es lo primero que visitamos del destino y lo último que vemos antes de irnos. Estamos en el mismo lugar ilusionados y decepcionados, como una relación que sabemos que no tiene futuro, pero la disfrutamos como podamos.
Dan ganas de entrar en las habitaciones aunque sólo sea para poder salir de ellas y ver qué nos espera ahí fuera. Pero también nos transmiten la sensación de libertad y de alejarnos de los problemas que hoy en día ,para todo el que ha viajado, se convierte en un instinto natural al entrar en una habitación de hotel, por muy desastrosa que sea.
Algunas incluso nos envuelven de nostalgia, con una sola cama en una habitación pequeña, con un techo que intuimos como única compañía para reflexionar cada noche.
Son cercanas porque son reales y a veces no hay nada con más fuerza que lo real, que las arrugas, que los pliegues de las sábanas, que el desorden en habitaciones vacías, en espacios pequeños y diáfanos llenos de recuerdos, momentos, conversaciones y personas que las visitaron con el mismo propósito que cualquiera, abandonarlas.
Una habitación de hotel es un hombre desesperado con mil vidas y una 'femme fatale' con mil amantes. Tal vez por eso, porque son el equivalente a núcleos humanos de historias interesantes, son capaces de contarnos tanto con tan poco.
Exposición 'My Hotel Rooms' de Pablo Martínez Muñiz
17 de octubre - 21 de noviembre 2014
Fundación FIart
C/ de las Infantas, 27, Madrid
