«He llegado a la conclusión de que la mayoría de los visitantes esperan recibir una sensación que exceda el ámbito de su vida cotidiana»

Una de las exposiciones más importantes que pudimos disfrutar en Madrid durante este otoño-invierno fue la organizada por la Fundación Juan March sobre el polifacético artista suizo de la Bauhaus, Max Bill.

Conocía de referencias el trabajo de diseño de Max Bill pero nunca había profundizado en su obra. Siguiendo las recomendaciones que nos dio en clase de fotografía artística el profesor Pablo Martínez Muñiz, asistí a la misma, con la ilusión de descubrir aspectos interesantes que hasta ahora me resultaban desconocidos sobre la Bauhaus.

Se trata de la primera retrospectiva que se organiza en España sobre Max Bill, y cuenta con 170 obras y documentos procedentes de distintos fondos públicos y privados tanto de Europa como de América. La muestra ha sido concebida y organizada en estrecha colaboración con la max, binia & jakob bill stiftung , y contó con el asesoramiento de Jakob Bill (su hijo) para la selección de las obras, que fue alumno de la Bauhaus entre 1927 y 1928 y, como se ha dicho, arquitecto y cofundador de la Escuela de Ulm en 1951, además del máximo exponente del llamado 'konkrete kunst' [arte concreto], tendencia que ha marcado la creación suiza contemporánea.

Lo primero que me llamó la atención fue la configuración de la propia exposición, especialmente el folleto sobre la exposición. En el espacio diáfano de la planta baja se exhiben de manera concentrada pinturas, esculturas, libros, vídeo y mobiliario, todo ello siguiendo un orden cronológico y temático. Este orden temporal es clave para comprender la amplitud de las obras, desde los carteles publicitarios de gran formato hasta pequeñas inserciones en prensa.

La exposición abandona los formalismos de datar cada obra y sus características en el tradicional formato cartel, y simplemente enumera las obras, invitándote a ir folleto en mano consultando los detalles de las mismas.

Un comentario que considero muy oportuno sobre el diseño de las exposiciones, y que realizó el propio Max Bill en 1948 fue: "por qué se visitan las exposiciones. He llegado a la conclusión […] de que la mayoría de los visitantes esperan recibir una sensación que exceda el ámbito de su vida cotidiana. La visita a una muestra –añadía– es una ocasión para interrumpir la vida diaria con un día de fiesta".

Y para ser sincero, conforme iba avanzando en la exposición me veía más inmerso en el particular mundo de Max Bill, una explosión de colores y formas que me alejaron de la cotidianeidad. Unas formas a veces configuradas para el uso industrial o arquitectónico, y otras simplemente para nuestro disfrute, para que nos evadamos y sepamos aprovechar la belleza de un día de fiesta.

La visita estaría incompleta sin un pequeño trabajo de documentación en casa para profundizar aún más en la biografía del artista y entender mejor su biografía y contexto. Para ello comentar algunos datos que considero relevantes:

- 1908: Nace en Winterthur (Suiza).

- 1924-1927: Estudia orfebrería en Zürich, toma contacto con dadaísmo y cubismo.

- 1927-1929: Estudia artes en la Bauhaus de Dessau.

- 1931: Adopta la teoría del “arte concreto” de Theo Van Doesburg.

- 1944: Primeros diseños industriales.

- 1951: Funda junto con otros artistas la Hochschule für Gestaltung, escuela de diseño que continuará la labor de la Bauhaus.

- 1957 funda su propio estudio en Zürich.

- 1967-1976: Labor docente en Hamburgo, Bruselas y Berlin.

- 1994: Fallece en Berlin.

Por Borja Sánchez, alumno del Master en Fotografía Artística y Documental en TAI