La relación entre diseño e inteligencia artificial es un tema de gran actualidad que se enmarca en un debate más amplio sobre la influencia de las nuevas tecnologías en la naturaleza de los procesos creativos.
Diseño e inteligencia artificial
La evolución de los medios digitales ha tenido una gran influencia en las prácticas artísticas contemporáneas. No obstante, la incorporación de sistemas cognitivos artificiales a los procesos creativos es un hecho relativamente reciente.
Una de sus primeras aplicaciones en el ámbito artístico data del año 2015 con DeepDream, un programa creado por el ingeniero Alexander Mordvintsev que utiliza una red neuronal artificial para encontrar y mejorar patrones en imágenes. De esta forma, se crea una apariencia onírica que recuerda a una experiencia psicodélica en imágenes deliberadamente sobreprocesadas.
Mario Klingemann. Imágenes generativas, neural glitch, 2018
Se trata de generar imágenes con la técnica llamada neural glitch. Consiste en introducir aleatoriamente modificaciones en la arquitectura de un sistema de IA para que interprete las imágenes (inputs) que procesa de forma "errónea". Según Nuria Rodríguez Ortega del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Málaga (2020: 34),
"es en este comportamiento anómalo donde reside la creatividad de la red neuronal, al dar como resultado una serie de imágenes inesperadas, de clara evocación surrealista".
Retos y oportunidades
El debate sobre inteligencia artificial en el arte y el diseño se ha visto marcado principalmente por cuestiones relativas a los límites éticos.
Docentes y profesionales de la Escuela Universitaria de Artes TAI han reflexionado recientemente en la revista gráffica respecto a la aplicación de esta tecnología en el mundo de la creatividad. TAI ha lanzado recientemente el Bootcamp de Inteligencia Artificial, creado ad hoc para artistas y creadores que quieran adaptarse a las nuevas herramientas del futuro y complementar su formación profesional.
La IA como herramienta de pensamiento y creación
Coco Moya, artista, músico y docente en el Grado en Bellas Artes de TAI, afirma que lo más interesante de las aplicaciones de inteligencia artificial es su potencialidad para generar "una creatividad inusitada y sorprendente de la que un humano sería probablemente incapaz".
Por ello, apuesta por el uso de las máquinas "como una herramienta de pensamiento y de creación que nos haga salirnos de nuestras propias fronteras y sensibilidades".
Según Moya, el debate en torno a la IA nos lleva a preguntarnos por el propio concepto de inteligencia desde "una diversificación de las perspectivas". Desde este posicionamiento crítico se cuestiona el binomio inteligencia-humano para indagar en experiencias cognitivas de otras formas de vida:
"¿por qué no podríamos intentar emular la inteligencia de una planta? ¿hay una IA capaz de hacer imágenes como las haría un gusano o una bacteria?"
Arte y diseño gráfico
La docente e investigadora Silvia Cuenca, que imparte clases en el Área de Artes Visuales de TAI, nos invita a reflexionar más allá de la IA y pensar en la relación entre arte y diseño, entendiendo esta última disciplina como "un campo inmanente al presente".
Cuenca señala que tanto los estudios artísticos como la formación en diseño deben retroalimentarse para ampliar las herramientas creativas de las que pueden disponer artistas y diseñadores/as:
"Centrándome en la profesionalización de artistas y diseñadores, ambos necesitan estar al día de la actualidad del otro".
Herramientas manuales y libertad creativa
Para Bengoa Vázquez, directora de arte, ilustradora y escenógrafa que ha impartido clases en TAI y otras escuelas, aunque la tecnología ha sido esencial en el desarrollo del diseño gráfico, existen muchas otras herramientas imprescindibles en los procesos creativos.
Vázquez asegura que lo más importante en el campo del diseño es la resolución de problemas desde distintos enfoques y mecanismos, más allá de los programas informáticos:
"En un mundo en el que tenemos experiencias digitales constantemente considero que puede ser muy enriquecedor priorizar el uso de herramientas manuales para conectar de forma distinta con nuestras ideas y pensamientos".
La artista considera que el uso de instrumentos clásicos como el lápiz y el papel permite una mayor libertad creativa que el apoyo exclusivo en los softwares. El trabajo manual estimula la experimentación, la soltura y la búsqueda de nuevas posibilidades frente a los condicionantes de un programa informático.
No obstante, Vázquez valora la tecnología como una herramienta valiosa, pero reivindicando "las posibilidades que puedan ofrecer las técnicas manuales incluso para ser transformadas en experiencias digitales".