Blog El alumno Ramón Hernández, making of de “En otro lugar”: “Estar en TAI no solo es por mí, sino por el futuro de los chicos gitanos, que necesitan referentes de otro nivel”

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El alumno Ramón Hernández, making of de “En otro lugar”: “Estar en TAI no solo es por mí, sino por el futuro de los chicos gitanos, que necesitan referentes de otro nivel”

octubre 26, 2021

Este alumno de 2º del Grado de Cinematografía y Artes Visuales ha retomado sus estudios en TAI después de trabajar en la película producida por ATM, la productora del Grupo Arts, con la que la Escuela ha firmado un acuerdo de colaboración con el objetivo de apostar por la empleabilidad de los estudiantes

Que no todo el mundo parte de las mismas posibilidades es una evidencia que Ramón Hernández, alumno de 2º del Grado en Cinematografía y Artes Visuales de TAI, sabe muy bien, al igual que tiene muy interiorizado que la capacidad de superarse y romper las barreras de lo imposible sí que es un bien democratizado y que el cine es uno de esos lugares mágicos en el que los sueños se hacen realidad para crear otros mundos mejores. Algo que tuvo la oportunidad de poner en práctica durante el rodaje de En otro lugar, película de ATM Producciones, actualmente en fase de posproducción.

ATM es la productora del Grupo Arts, al que pertenece también la Escuela, con la que TAI ha firmado un acuerdo de colaboración con el objetivo de apostar por la empleabilidad de sus estudiantes y conectar a los mismos con la industria . Alrededor de 20 estudiantes de TAI de diferentes disciplinas tuvieron la misma oportunidad que Ramón de participar en el rodaje de esta película, que tuvo lugar entre noviembre y diciembre de 2020.

Un inicio que no fue fácil

La primera vez que le contó a su padre que venía a estudiar a TAI, le dijo que “no iba a ningún sitio”. “Yo empezaba en la escuela un lunes y se lo anuncié el domingo, le expliqué que si me habían dado la beca y había tanta gente apostando por mí porque ese apoyo no se la dan a todo el mundo, por algo sería, pero los gitanos somos muy familiares y mi padre se echó a llorar".

"Es difícil para mí, pasé de ser un chico gitano en Cantabria, en un entorno más cerrado, a venirme a Madrid, un mundo muy abierto, con dificultades económicas y mis padres diciéndome que vuelva cada vez que les llamo. Cuando estaba en primero, incluso me he llegado a plantear volver a casa y dejar la carrera”, afirma.

“Pasé de ser un chico gitano en Cantabria, en un entorno más cerrado, a venirme a Madrid, un mundo muy abierto, con dificultades económicas y mis padres diciéndome que vuelva cada vez que les llamo. Cuando estaba en primero, incluso me he llegado a plantear volver a casa y dejar la carrera”.

RAMON HERNANDEZ EN OTRO LUGAR


Ramón Hernández durante el rodaje de "En otro lugar"


Algo que no ocurrió, sino que supuso un punto de inflexión para este futuro cineasta, que ve su situación no solo como una circunstancia personal sino también social. “Que yo esté aquí estudiando en TAI no es solo por mí, también por todos los chicos y chicas gitanos y el futuro de mis primos, amigos y sobrinos porque creo que los gitanos necesitan referentes de otro nivel”.

“Las fundaciones acostumbran a las minorías a darles formaciones de charcutero o de reponedores, pero hoy en día los gitanos necesitan referentes especiales, es fundamental tener referentes que hayan conseguido sus sueños, que puedan decir, conozco a un gitano que es director de cine, eso es lo que necesita un niño para que sus posibilidades nunca se vean frustradas”, argumenta Ramón, que añade que a cualquier chaval de aquí que se le pregunta si puede ser director de cine, responde que sí y, sin embargo, un gitano “no se lo plantea porque sabe que no tiene esa posibilidad”.

“Cuando hablo con gente gitana, me doy cuenta de que no tienen sueños porque los ven tan imposibles que, ni siquiera, se los plantean y las metas que se proponen son tan pequeñas que nada ni nadie les empuja a hacerlos. Es duro hablar así porque son primos, sobrinos, amigos”, lamenta.

 

“Conozco a un gitano que es director de cine, eso es lo que necesita un niño para que sus posibilidades nunca se vean frustradas”, explica Ramón

 

“Un amigo de aquí le dijo a sus padres que su proyecto es tener un Tesla y les dijeron muy bien, un gitano dice eso y sus padres le responde que mejor se vayan al mercado y a casarse porque vivimos en una sociedad que constantemente, aunque nos ayuden, lo hacen para que lleguemos hasta un límite. Creo que hay que romper ese límite para que los niños, que son el futuro, se den cuenta de que pueden llegar a ello”, agrega Ramón.

Él tiene como referente a Bayona, un director español que “ha roto esa barrera de Hollywood”. “Normalmente si haces cine en España, piensas en hacer cine español, pero no tiene que ser así. Él soñaba con hacer películas de Spielberg y ha hecho una con él. Su sueño se ha hecho realidad y yo pienso que puedo hacer lo mismo, hacer lo que me proponga”, sentencia.


“Cuando hablo con gente gitana, me doy cuenta de que no tienen sueños porque los ven tan imposibles que ni siquiera se los plantean”


Él asegura que desde muy pequeño ha sabido lo que ha querido hacer, el dibujo, la fotografía o el cine eran “una escapatoria, una forma de huir de un mundo muy difícil” que le ha tocado vivir “por suerte o por desgracia”. “Por suerte porque soy una persona diferente por las creencias, la cultura que tengo y las experiencias que he vivido y por desgracia, por penalidades que me ha tocado vivir. En mi caso el truco está en que siempre he imaginado un mundo diferente, el mundo que quiero crear no estaba en mi casa, está en la fotografía o en el cine. Siempre he mantenido esas ganas por querer salir de ahí, de pequeño lo hacía dibujando y ahora lo hago con una cámara”, asegura.

 

“El truco está en que siempre he imaginado un mundo diferente, el mundo que quiero crear no estaba en mi casa, está en la fotografía o en el cine”

RAMON HERNANDEZ EN OTRO LUGAR


Ramón Hernández durante el rodaje de "En otro lugar"


Ramón Hernández es un cántabro de 30 años cuyo destino estaba abocado a seguir la tradición del pueblo gitano, “trabajar en el mercadillo y casarse”, según él mismo explica. Sin embargo, sus inquietudes, sus ganas de huir de un mundo que no le hacía feliz y su capacidad para imaginar que otra vida era posible a través del dibujo, hizo que se matriculara en un grado medio de Diseño Gráfico.

“Yo dejé la ESO, me parecía que ya sabía lo básico y no me interesaba lo que me enseñaban, sin embargo, sí que tenía mucho interés por los ordenadores, la fotografía, el dibujo y el diseño”, cuenta este joven artista, que ha realizado el making of de la película de ATM Producciones En otro lugar.

Pasión por la fotografía

Su pasión por la foto nació desde muy pequeño, pues su padre fue uno de los primeros gitanos que se dedicó a la fotografía de bodas. “A é siempre le gustó la tecnología, algo que me ha transmitido a mí”. Su padre se compró una cámara, cuya bolsa Ramón usa actualmente para traer su cámara a clase y con ella empezó su interés por descubrir todas las posibilidades que ese aparato tenía. “A día de hoy, si me compro un móvil o cualquier dispositivo, tengo que indagar todo lo que puede ofrecerme”, indica.

 

RAMON HERNANDEZ TAI

 

Fruto de esa curiosidad surgió la primera compra de una cámara por su parte. “Cuando estudiaba el grado de Diseño gráfico no existían webs donde buscar recursos, por lo que me compré una cámara para fotografiar mis propios recursos y poder hacer los diseños”, señala este joven artista, que, posteriormente, se matriculó en un grado superior de Fotografía para seguir investigando en este arte que ya le apasionaba. “Yo tenía ese ego, pensaba que sabía de fotografía y, al entrar, me di cuenta de que no sabía nada. Esos estudios me ayudaron a comprender la fotografía como arte. Dejé de hacer fotos todos los días para solo hacerlas cuando quería expresar algo”, cuenta.

Sus ganas de seguir avanzando en algo que le apasionaba, además de los consejos de sus profesores para que siguiera formándose, le hicieron plantearse dar el salto a Madrid para estudiar en TAI, para lo que tuvo que buscar financiación, pues su situación familiar no podía costearlo.

El 20 aniversario de una tienda de electrónica, el clic que hizo que Ramón diese el salto a Madrid

“El momento que me hizo el clic para venir a estudiar a TAI fue un día que en Santander fui a comprar una pieza de electrónica a una tienda a la que solía ir, que justo celebraban su 20 aniversario y regalaban unos cupones con los que podías obtener descuento. Al canjear el mío, reparé en la señora que lo estaba haciendo y me di cuenta de que llevaba 20 años haciendo lo mismo y me entró una desesperación enorme. Me percaté de que a lo que podía aspirar en Cantabria era a trabajar como dependiente de cámaras y vi claro que eso no podía ser, por lo que me puse a indagar y, gracias al asesoramiento de mis profesores, encontré a TAI”, recuerda Ramón.

Este estudiante comenzó en la película En otro lugar realizando unas entrevistas para prensa y, gracias a las fotografías del rodaje que realizaba en su tiempo libre, desde la productora le llamaron para que se encargara del making of.

 

Ramón comenzó en la película En otro lugar realizando entrevistas para prensa y, gracias a las fotografías del rodaje que realizaba en su tiempo libre, desde la productora le llamaron para que se encargara del making of y adentrase en la industria cinematográfica.

 

Los retos, una constante en su formación en TAI

“Al principio pensé que era imposible para mí estudiar en TAI, pero luego me preguntaba a mí mismo: ¿pero por qué tiene que ser imposible? Y me despertaba cada mañana a las 8 de la mañana y me pasaba todo el día buscando becas y formas de poder financiar la carrera”, explica este fotógrafo, que eligió TAI, además de porque está situada en “una de las mejores ciudades para el audiovisual”, porque, además, ofrece una titulación oficial.

Gracias a la bonificación del 50% que ofrece a sus estudiantes TAI y a la beca Zing que conoció a través de la Fundación de Secretariado Gitano ha podido financiar parte del grado que estudia actualmente. Estuvo trabajando de teleoperador en una compañía de teléfono, con cuyos ahorros, más el subsidio por desempleo y las ayudas que recibió pudo mudarse a Madrid para empezar el Grado en Cinematografía y Artes Visuales.

 

RAMON HERNANDEZ EN OTRO LUGAR

 

Sin embargo, al terminar el primer año, las cosas se complicaron, hubo un desahucio en su familia y tuvo que ayudar en casa, por lo que, económicamente, no se pudo permitir seguir en Madrid y tuvo que volver a Santander. Al año siguiente, vino la pandemia y tampoco pudo cursar sus estudios, por lo que, aprovechó para trabajar y volver a ahorrar. Fue entonces, en noviembre de 2020, cuando desde TAI le llamaron para trabajar en la película En otro lugar.

“En TAI he aprendido a valorar el cine y he adquirido una sensibilidad para comprenderlo que no tenía. Estaba preparado técnicamente, pero no artísticamente. Siempre he sido cinéfilo, iba al cine y veía toda la cartelera, pero disfrutaba el cine desde un punto de vista del ocio, por ejemplo, me encantaban películas como 2 fast 2 furious, ahora, al entenderlo mejor, soy capaz de apreciar la gran sensibilidad de Scorsese en cada plano en películas como Silencio y lo disfruto de una manera más profunda”, argumenta.

 

“En TAI he aprendido a valorar el cine y he adquirido una sensibilidad para comprenderlo que no tenía”

 

La experiencia de trabajar en la película "En otro lugar" corroboró su sueño: el cine

“La experiencia ha sido genial, me ha hecho sentir un respeto enorme hacia el cine. Hacer una película no es nada fácil, hay muchos factores, muchas horas de rodaje, un presupuesto y circunstancias con las que lidiar para ajustar todo, te hace darte cuenta de la realidad”, manifiesta Ramón, que reconoce que, creativamente el trabajo como teleoperardor le “mataba”, por lo que su experiencia en el rodaje de la película no hizo más que corroborar algo que él ya sabía: quería dedicarse al cine. Ahora, un año después vuelve a retomar sus estudios y se encuentra de nuevo por las aulas de TAI cursando 2º de Cinematografía.

“Me he lanzado al vacío, cogí de nuevo mis ahorros y, aunque esté peor económicamente, mi reto es acabar la carrera y aprovechar todas las oportunidades que se me presenten”, afirma un estudiante que reconoce estar al 100x100 en las clases, pues, según reconoce, se “juega mucho”.

“La comodidad económica te proporciona algo esencial, el tiempo”, expresa Ramón Hernández, quien también tiene claro que lo importante es que “todo lo que se haga, se haga con el corazón y no lamentarse por lo que se podría haber hecho”.

 

Ramón: "Mi reto es acabar la carrera y aprovechar todas las oportunidades que se me presenten"

 

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