Blog ¿Cómo componer una canción?

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¿Cómo componer una canción?

febrero 23, 2022
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Si te interesa aprender cómo componer una canción, puedes seguir unas pautas que te ayuden a mejorar tu proceso creativo. 

Saber cómo componer una canción requiere de habilidades creativas que se adquieren a través de la exploración de recursos para el desarrollo de las principales características de una canción. Asimismo, hay que conocer los distintos estilos musicales y su conexión con las nuevas demandas de la industria musical contemporánea tomando en cuenta cada uno de sus elementos: estructura, melodía, groove, armonía y letra.

La Escuela Universitaria de Artes TAI cuenta con una amplia oferta en estudios musicales, una alternativa moderna y avanzada frente a la enseñanza tradicional de los conservatorios. En TAI puedes aprender a desarrollar tu creatividad compositiva apoyándote en las nuevas tecnologías y tu pasión por la música con la Diplomatura en Creación y Producción Musical o el Grado Oficial Universitario en Composición Musical. Si te interesa especializarte, el Master en Producción Musical te ofrece una inmersión en las herramientas tecnológicas más actuales en composición, postproducción y diseño sonoro.

Consejos para componer una canción: primeros pasos

Para comenzar el proceso de composición no existe una receta mágica. Cada autor/a debe encontrar su propia manera de trabajar que depende de factores como la formación musical, los gustos personales e incluso el estado anímico a la hora de idear o crear una pieza.

No obstante, puedes utilizar algunos de los consejos que te ofrecemos a continuación para mejorar tus pautas de trabajo.

1. Haz ejercicios para entrenar el oído

Aquí puedes encontrar algunas pautas para mejorar la educación del oído musical. Estos ejercicios te ayudarán a desarrollar tu audición en general, lo que impactará de forma positiva en el oído musical y, por ende, a la hora de componer una canción.

2. Encuentra una motivación

Cada persona tiene sus propias motivaciones a la hora de escribir canciones. La motivación también depende de lo que se pretenda conseguir con una canción, ya sea éxito comercial, nuestra propia satisfacción artística o una combinación de ambas aspiraciones.

3. Elige un estilo

Si el objetivo es que una canción llegue a un público amplio y sea atractiva para el mercado, puedes guiarte por las tendencias musicales actuales o emergentes, aunque también es posible revisar y rescatar estilos musicales que fueron un éxito en el pasado. No obstante, puedes escribir según tu filosofía artística, eligiendo el género con el que te sientas más cómodo.

4. El anzuelo creativo

El anzuelo creativo es aquel fragmento musical que más impacta en la percepción del oyente, aunque no siempre tiene por qué ser un elemento pegadizo; cada compositor/a debe elegir las ideas que impulsen su creatividad, no necesariamente aquellas que impacten en el público. Un ejemplo de anzuelo creativo es que el riff principal de una canción esté presente a lo largo de toda la estructura (por ejemplo, Life in the Fast Lane de The Eagles).

5. Busca una fuente de inspiración

El impulso del proceso creativo puede surgir de múltiples formas, ya sea realizando ejercicios de improvisación, experimentando con nuevos sonidos, probando con diferentes instrumentos o escuchando canciones de otros artistas. Una fuente de inspiración también puede provenir de palabras: frases de películas, conversaciones, poemas, libros, etc.

6. Ensayo, error y aprendizaje

El bloqueo creativo puede aparecer en cualquier momento. Cada artista tiene su forma particular de funcionar y puede contar con elementos de apoyo para evitar los bloqueos (por ejemplo, tener bases melódicas para escribir letras, trabajar desde una estructura de acordes, etc.).

Lo importante, más que seguir una técnica determinada, es recordar que todo forma parte de un proceso de ensayo, error y aprendizaje en el que el estado de ánimo, el nivel de autocrítica y la experiencia influyen decisivamente en la forma de aproximarte a la composición musical.

6. Empieza por un concepto

A la hora de iniciar tu proceso creativo, puedes empezar con un concepto, algo que te conmueve o te inspira (un título o una sensación musical). 

7. Crea la letra

Las palabras también poseen su propia musicalidad. Atributos como los rasgos paralingüísticos, el sentido rítmico o la entonación pueden extrapolarse a la melodía. Las palabras pueden evocar sensaciones o imágenes que pueden ayudarnos a crear una historia.

8. Parte de una melodía

Otra posibilidad es empezar por una melodía. Cualquier pequeño fragmento musical puede ser un punto de partida, aunque la voz es la herramienta principal. Los fragmentos melódicos vocales son un elemento muy potente a la hora de conectar con el público.

9. O de una secuencia de acordes

También puedes hacerlo "al revés", es decir, desarrollar la melodía después de conseguir una progresión de acordes interesante. Así, podemos construir una secuencia y, a continuación, comenzar a buscar la melodía que mejor encaje aprovechando el poder de las progresiones.

10. Experimenta

Comenzar a componer desde un ritmo determinado también ayuda a conseguir canciones dinámicas, especialmente en el caso de estilos como el dance, el funk, el swing, la salsa o el rock&roll. Experimenta con compases y patrones para ir desarrollando una melodía o buscar una secuencia de acordes.

Consejos para desarrollar una canción

Una vez que tengas el anzuelo creativo desde el que empezar a trabajar, puedes ampliar y desarrollar una canción añadiendo acordes, construyendo melodías, escribiendo versos y elaborando la estructura de la obra.

11. Si tu anzuelo creativo es solo un verso, puedes apoyarte en las siguientes preguntas:

  • ¿Qué mensaje o concepto te inspira?
  • ¿Cuáles son los sentimientos evoca?
  • ¿Y las sensaciones que provoca?
  • ¿Qué musicalidad te sugieren las palabras?

12. Si tu anzuelo creativo se basa en un fragmento melódico o armónico, las siguientes preguntas pueden resultarte útiles para desarrollar tu tema:

  • ¿Cuál es la tonalidad principal?
  • ¿Qué tempo tiene?
  • ¿Qué ritmo sugiere?

13. Busca acordes para la línea melódica

Conociendo la tonalidad de tu canción, podrás obtener un mapa que te ayude a construir las distintas secuencias de acordes. Debes estudiar en qué tipo de acordes se sustentará la línea melódica. La experiencia, el error y la rectificación jugarán un papel esencial en tu búsqueda. También unas nociones básicas de teoría musical constituyen un sólido respaldo. Recuerda que una figura musical puede transcurrir por distintos caminos armónicos, es decir, una misma melodía puede funcionar con acordes muy diferentes. 

14. Escucha canciones de otros/as artistas

No tienes por qué buscar progresiones extremadamente originales. Escucha canciones de otros/as artistas. Te darás cuenta que muchas de ellas no solo comparten tonalidad, sino que utilizan prácticamente la misma secuencia de acordes. Aún así, distintos temas con armonías idénticas pueden sonar de forma diferente. La letra, el ritmo, la melodía, los arreglos y la producción tendrán un gran peso en la percepción final de una canción.

15. Revisa en bucle

Los/as autores/as suelen escribir música y letra conjuntamente en un continuo trabajo de ensayo, descarte y toma de decisiones. Todo depende de la intencionalidad y la creatividad. Una canción nunca deja de evolucionar. Evita enfocarte en una forma rígida y trata de ser flexible.

16. Autocrítica

El primer medidor de calidad de una canción es el propio artista. Pero hay que utilizar la autocrítica con cuidado, recordando que, en ocasiones, podemos creer tener una gran canción aunque no sea el caso, o bien considerar mediocre una pieza pese su potencialidad.

17. Feedback

Es importante contar con un círculo de confianza en cuyo criterio confíes, sin olvidar que todo el mundo opina desde la subjetividad.

18. El anzuelo pegadizo

Los anzuelos pegadizos son aquellos elementos melódicos y/o líricos que llaman la atención del oyente. Suelen ser fragmentos cortos de música, palabras, sonidos, ritmos, melodías y acordes. Pueden ser anzuelos vocales, melódicos, rítmicos, efectos de sonido, líneas de bajo, riffs, etc. Los estribillos suelen ser la parte ideal en que insertar un anzuelo pegadizo, aunque también puedes hacerlo en cualquier otra parte de la canción (estrofas, introducción, secciones instrumentales).

Por ejemplo, en temas como Bohemian Rhapsody (Queen) o Good vibrations (The Beach Boys), encontramos anzuelos pegadizos repartidos a lo largo de la canción envueltos en estructuras poco evidentes.

19. No es obligatorio escribir una letra

La mayoría de canciones tienen una línea vocal como melodía principal. Pero hay grandes éxitos como Entre dos aguas (Paco de Lucía) o Take five (Paul Desmond) que no tienen letra.

20. Ni una melodía

Tampoco es necesario componer una melodía para obtener una canción. Esto es evidente en el caso del rap, donde lo importante es la letra y el sentido rítmico de las rimas. Las secciones melódicas se reducen a un respaldo puntual en forma de sample, con una importancia siempre menor a la línea vocal.

21. ¿Cuánto debe durar una canción?

Si te guías por criterios comerciales, los parámetros del mercado marcan un estándar de entre 2:30 y 4:00 minutos. Pero no es una norma. Tenemos muchos ejemplos de canciones largas que se han convertido en grandes éxitos: Like a Rolling Stone (Bob Dylan), Hallelujah (Leonard Cohen) o Riders on the Storm (The Doors). Puedes escribir un jingle de un minuto, una canción de tres minutos, de seis minutos con solos de guitarra e introducción o una mini ópera de trece minutos.

22. El estribillo

A nivel comercial, una canción suele funcionar mejor si su estribillo suena durante el primer minuto. Pero, como hemos insistido, todo esto es relativo. El estribillo puede tardar en aparecer, o bien, una canción puede empezar directamente por el estribillo. Muchas canciones exitosas prescinden de un estribillo claro.

Consejos para la estructura de una canción

23. La canción como una historia

Si escuchas cualquier canción compuesta en el último siglo, comprobarás que tiene un principio, un desarrollo y un final. La forma básica en que se presenta la historia es la estructura de la canción, entendida como la suma de todos sus elementos. No obstante, esta estructura no está formada por compartimentos estancos. La composición es un proceso flexible.

24. El grado de repetición

Todas las canciones incluyen ciertas pautas que se repiten. Las figuras melódicas, los patrones rítmicos y las secuencias de acordes suelen aparecer de forma más o menos cíclica. En algunos casos el grado de repetición es mucho más intenso. Por ejemplo, en un tema de música dance los ciclos son más constantes, mientras que en el caso del jazz se desarrollan de forma más libre.

El grado de repetición es una de las primeras pistas que nos ayudan a identificar las distintas secciones que conforman una canción. Estas estructuras podrían dividirse en dos grupos: secciones principales (estrofa y estribillo) y secciones secundarias (introducción, puentes, secciones instrumentales, final y enlaces). 

25. El cuerpo de la canción: la estrofa

La estrofa establece el ritmo, el estilo y la melodía. Una canción puede constar de varias estrofas en bucle, o bien, si aparecen más secciones, las estrofas tienen la función de asentar el clima general del tema. Mientras que la intensidad suele situarse en el estribillo, las estrofas suelen ser más descriptivas, tanto a nivel musical como lírico.

26. El estribillo

Sus características más comunes son la intensidad, el impacto, su esencia pegadiza y un bajo nivel de variación. No obstante, como hemos comentado, hay múltiples excepciones. 

Los estribillos suelen tener una melodía distinta a las estrofas. A veces incluso se mueven en tonalidades diferentes. Además, en el estribillo la letra suele aparecer como la revelación central de una canción. El nivel de detalle es menor que en las estrofas, pero las ideas son más impactantes y los conceptos menos concretos y más universales.

27. Los puentes

Son aquellas secciones que ejercen como transición entre dos partes de la canción. Existen dos tipos de puentes: por un lado, el pre-estribillo, que sirve de transición entre la estrofa y el estribillo y tiene la función de anunciar el estribillo, creando expectación y proporcionando una sensación de movimiento; por otro lado, el interludio, que, haciendo una analogía cinematográfica, sería el equivalente al clímax de la película y se situaría antes del final de la obra. El puente interludio también se usa como paréntesis frente al resto de secciones para crear contraste. Suele aparecer solo una vez, aunque muchas canciones prescinden de esta sección.

28. La introducción

Es el primer impacto, aquellos segundos que hacen que una canción sea reconocible. Es frecuente que las introducciones aprovechen progresiones de acordes, arpegios, líneas rítmicas o riffs de las secciones que van a sonar a continuación. La introducción suele determinar el estilo, la tonalidad, el ritmo, la dinámica y el tempo de una canción. Puede repetirse varias veces, sobre todo si es breve. 

Hay muchas formas de comenzar una canción, por ejemplo: instrucción instrumental (Stairway to Heaven de Led Zeppelin), vocal (Help de The Beatles), rítmica (Billie Jean de Michael Jackson), asociada al anzuelo pegadizo (Personal Jesus de Depeche Mode) o a una sección entera (Hound Dog de Elvis Presley).

29. Secciones instrumentales

Una sección instrumental es aquella que carece de elementos líricos. La introducción es el ejemplo más claro, aunque también puede haber estribillos o puentes instrumentales y, obviamente, una canción puede ser instrumental en su totalidad.

Cuando una canción tiene letra, la función de los pasajes instrumentales es proporcionar un respiro frente a otras partes de la canción. En cuanto a la armonía, se pueden aprovechar progresiones de acordes presentes en un tema, o bien introducir variaciones. La duración dependerá del contexto, el estilo musical y nuestro criterio artístico.

30. Final

Existen muchas formas de acabar una canción, desde las más recurrentes como el fade out, hasta las más originales donde el tempo se ralentiza en los últimos compases o con una cadencia final. Por ejemplo, se pueden incorporar compases nuevos a las secciones finales (Don't Look Back in Anger de Oasis), acabar con alguna de las secciones anteriores de la canción incluyendo algún tipo de variación (Plug In Baby de Muse) o empleando un fade out de forma original (Wish You Were Here de Pink Floyd).

31. Enlaces

Los enlaces son elementos muy breves que actúan como lazo entre secciones. A diferencia de los puentes, los enlaces son estructuras muy cortas de apenas unos compases de duración. Podemos encontrarlos en forma de anexo o integrados en la propia estructura de una sección más grande (por ejemplo, las secciones instrumentales breves suelen actuar de enlace). 

Los enlaces como anexos son aquellos breves pasajes musicales que conectan dos partes de la canción sin estar integrados de forma evidente en ninguna de ellas, mientras que los enlaces integrados suelen ser fragmentos cortos que forman parte de una sección más grande como una estrofa, un puente o un estribillo. 

Consejos para utilizar los elementos musicales

32. El motor de la música: ritmo

Como ya hemos comentado, toda obra musical tiene un principio, un desarrollo y un desenlace. El concepto de tiempo está intrínsecamente unido a la música. Todos sus elementos se suceden de forma ordenada. El ritmo, además de afectar a la estructura de la canción, también se manifiesta en la propia duración de las notas musicales. 

33. punto de partida: melodía

Un conjunto de figuras musicales interpretadas de forma consecutiva conforman una melodía, cuya estructura también cuenta con un inicio, un desarrollo y un final. La melodía es un elemento esencial dentro de la música popular. En la mayoría de casos, la voz humana ejecuta la melodía principal de una canción, aunque también es frecuente encontrar otros instrumentos solistas. No obstante, también hay excepciones, como la música rap, donde los elementos rítmicos y líricos tienen el protagonismo.

34. se siente, pero no se escucha: Armonía

La armonía es un fenómeno complejo referido a la relación existente entre las notas. Cuando varios músicos interpretan una obra en conjunto, suelen hacerlo de forma armónica. Por ejemplo, en una canción de pop al uso, la función de la batería es llevar la estructura rítmica de una canción, la de la voz interpretar la melodía principal, mientras que el resto de instrumentos son el respaldo armónico de dicha melodía.

Por tanto, melodía y armonía son elementos complementarios. Dependiendo de la relación armónica entre las notas, la melodía puede transmitir sensaciones diferentes.


A continuación, puedes inspirarte escuchando el siguiente concierto en el que estudiantes del Grado en Composición Musical de TAI presentan sus creaciones. Comparten escenario con músicos profesionales como Javier Martínez, Jordi Ballarín, Jorge Castañeda, Jesús Caparrós y Rodrigo Ballesteros.

Referencia
Little, David (2017). Cómo componer canciones. Ma Non Troppo.

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