Atención antes de continuar leyendo: Spoilers sobre el argumento de la película
En 'Million Dollar Baby' Mr. Eastwood desgaja a cada personaje con tanta habilidad y sutileza que resulta imposible no conceder una merecida reverencia a su técnica. Los personajes, perfectamente caracterizados al estar creados con esmero y meticulosidad, son el plato fuerte de esta obra del incombustible director estadounidense. El pulso no le tiembla, eso ya lo tenemos claro, y menos a la hora de crear una dramática atmósfera de perdición dentro de una historia afligida por la desdicha de su premisa. Eastwood juega con nuestros sentimientos: aflora pasiones que provocan una inflexible esperanza y descubre una sonrisa en nuestro semblante al mismo tiempo que corroe lentamente el alma por culpa de la miseria de unos desventurados protagonistas y de sus vidas llenas de penuria. Una penuria que se aprecia en cada esquina del destartalado gimnasio de barrio bajo, en cada recoveco del corazón de los personajes. Aunque pueda parecer que no todo es tan oscuro en su camino, pues una vaga luz de optimismo crece en su interior, el verdadero objetivo de Eastwood es ocultarnos hábilmente el trágico desenlace que fulminará de golpe nuestras alas blancas y nos traerá de nuevo a la desventurada realidad. Una critica sobre la violencia en el mundo y sus nefastas consecuencias. No dejará escapar a nadie de la aterradora verdad de un desolador y controvertido final.
"Una historia sobre redención plagada, sin embargo, de un abrumador vacío que corroe a cada uno de los personajes"
Sin embargo la película puede interpretarse de dos maneras completamente opuestas: una historia sobre ganadores. Ganadores en la vida, siendo Maggie Fitzgerald el ejemplo de cómo la fe en un sueño puede romper con todas las limitaciones. El poder de la fe. Una fe aplicable a todo ser humano, el cual puede llegar a lo más alto desde la nada tras ir contracorriente entre tinieblas y angustiosas penurias. Entonces, tras aterrizar sobre la cima de la montaña, saborear la victoria sin exigir más. Un certero procedimiento de autorrealización. La otra perspectiva, por la que además me decanto, es advertirla como una historia sobre redención plagada, sin embargo, de un abrumador vacío que corroe a cada uno de los personajes, dando como resultado una devastadora contraposición entre la esperanza y el rechazo cuyo término medio es un inmenso pozo de la más oscura nada.
"Conmovernos con una idealizada relación filial para luego pegarnos un puñetazo en la mandíbula y dejarnos K.O. en el cuadrilátero"
Pero el verdadero hito de Million Dollar Baby es la relación que se establece entre Frankie (Clint Eastwood) y Maggie (Hilary Swank). Él encuentra en Maggie el amor que su propia hija no quiere darle y ella encuentra en Frankie el padre que nunca tuvo. Quizá ese sea el mayor logro del filme, conmovernos con una idealizada relación filial para luego pegarnos un puñetazo en la mandíbula y dejarnos K.O. en el cuadrilátero. Entonces, al despertar, todas nuestras esperanzas ya se han desvanecido y el final es inevitable. El amor padre-hija que se forjó durante años se ve eclipsado por la irrevesible situación de Maggie, tretrapléjica tras el desafortunado incidente de la que fue su última pelea. Marginada por su familia, que únicamente va a visitarla para heredar los beneficios que ha atesorado en los últimos años, y con todos sus sueños aniquilados de la noche a la mañana, Maggie pide a Frankie que acabe con su vida. Entonces aquí Eastwood abre el controvertido debate sobre la eutanasia, ¿debería estar permitida? Sí. La inminente e irreversible muerte de Maggie acabará hundiendo definitivamente a Frankie en la más desgraciada melancolía, en una infinita marea negra que corromperá su corazón hasta el fin de sus días.
"Hilary Swank, Morgan Freeman y el propio Clint se muestran soberbios en unas actuaciones que desbordan de talento"
'Million Dollar Baby' arrasó en los cines recaudando cien millones de dólares en Estados Unidos. La crítica la recibió con los brazos abiertos. Miles de amantes del Séptimo Arte la consideran una de las mejores películas de los úlitmos años y otros tantos como el mejor largometraje dirigido por Clint Eastwood. Por lo demás, Hilary Swank, Morgan Freeman y el propio Clint se muestran soberbios en unas actuaciones que desbordan de talento y que, junto a unos diálogos magníficos, consagraron una de las mejores películas del siglo XXI. Los dos primeros fueron galardonados con el Oscar a Mejor Actriz Principal y Mejor Actor Secundario, respectivamente. Million Dollar Baby ganó un Oscar a la Mejor Película y al Mejor Director.
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David Reszka – Critica Tu Cine