Para quienes trabajamos en concept art, no hay nada como ese primer trazo que empieza a dar vida a una historia. El concept art es una mezcla de imaginación y narrativa visual que, desde las primeras etapas de una película, nos permite construir universos enteros, personajes complejos y ambientes detallados.
Es nuestro trabajo visualizar lo que no existe y, de alguna manera, hacer que esos mundos parezcan reales. Cada uno de los elementos que creamos -personajes, vehículos, armas, props y escenarios- es una pieza clave para sumergir a la audiencia en la película.
Creación de personajes: el alma de la historia
Los personajes son el corazón de toda historia, y cada trazo en su diseño debe reflejar quiénes son, su historia y sus emociones. Al diseñar un personaje, pienso en su trasfondo y en su personalidad antes de pensar en su apariencia.
El reto es capturar toda esa esencia en detalles como sus expresiones, su postura, incluso en su vestimenta y estilo. No importa si el personaje es un héroe o un villano; lo esencial es que se sienta real y memorable, que su apariencia ya cuente una parte de su historia antes de que haya dicho una sola palabra en pantalla.
Diseño de vehículos: estilo y funcionalidad en movimiento
Los vehículos no son solo medios de transporte; son extensiones del mundo y de sus personajes. A veces hay que imaginar vehículos elegantes y futuristas, y otras veces toscos y desgastados, según lo que el mundo de la película requiera.
El diseño de un vehículo tiene que hablar de la época y la tecnología de ese mundo, además de aportar al estilo visual de la historia. Es un equilibrio entre la funcionalidad y la estética, y cada diseño busca provocar la misma reacción en el espectador: hacerle creer que ese vehículo realmente podría existir en ese universo.
Creación de armas: reflejar poder y estilo
El diseño de armas tiene una carga especial, ya que muchas veces no solo es una herramienta, sino también un símbolo de poder y carácter. Al crear un arma, el objetivo es que se vea única dentro del contexto de la película y que, de alguna forma, también cuente algo sobre quien la utiliza.
La apariencia y los detalles del diseño de un arma pueden hacer que una escena se sienta épica, peligrosa o intrigante. Desde una espada antigua hasta una pistola futurista, cada arma es una oportunidad de enriquecer el mundo que estamos creando.
Props: los pequeños detalles que hacen real el mundo
Los props o accesorios son esos objetos que parecen “invisibles” al ojo del espectador, pero que aportan profundidad y autenticidad a la historia. Desde un amuleto extraño hasta una taza de café, cada prop debe verse como si tuviera historia y pertenencia en el mundo que estamos creando.
Son esos pequeños detalles que llenan de vida cada escena, y, aunque no siempre reciban toda la atención, cada uno de ellos contribuye a que el mundo ficticio se sienta auténtico y lleno de carácter.
Entornos y Matte Painting: escenarios para soñar
El diseño de entornos es uno de los trabajos más emocionantes del concept art porque es donde los artistas construimos mundos completos. Aquí es donde podemos crear paisajes exóticos, ruinas misteriosas, ciudades futuristas o cualquier escenario imaginable.
El ambiente y la atmósfera que creamos para un entorno determinan el tono de la historia y pueden transmitir sensaciones profundas al espectador, como misterio, grandeza o nostalgia.
El matte painting, además, nos permite añadir detalles de una forma que hace que estos paisajes se sientan tan vastos y reales que el espectador quiera perderse en ellos.
El Concept Art: conectar ideas y emociones
El concept art es mucho más que diseño; es un lenguaje visual que conecta con las emociones de la audiencia y con su imaginación. Cada detalle, cada boceto y cada elemento visual ayudan a dar forma al mundo de la película antes de que las cámaras hayan empezado a rodar.
Es increíble pensar que algo que comienza en papel o pantalla, con unas pocas líneas, puede llegar a ser una de las partes más memorables de la película para el espectador.
El trabajo como concept artist debe consistir en abrir la puerta a estos mundos, invitando a las personas a soñar y a perderse en ellos. Cada trazo es una oportunidad de inspirar, de evocar emociones y de hacer que lo imaginario se sienta tangible y real.
Crear mundos y personajes que puedan resonar en la audiencia es una experiencia única y apasionante, y nos hace recordar, día a día, el poder que tienen el arte y la creatividad para hacernos vivir algo extraordinario.
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