¿Qué fotógrafo soy? Probablemente la pregunta más difícil que sea de responder. Y seguramente la más fundamental, esencial e imprescindible, que debemos hacernos.
Sólo podemos ser un fotógrafo. De la misma forma que sólo podemos ser una persona, un ser único e irrepetible. Nuestra obra tiene que corresponder a nuestra visión del mundo, que es única.
Esta semana, el fotógrafo José Manuel Navia ha dirigido un taller para los alumnos del Master en Fotografía Documental y Fotoperiodismo, al cual tuve la suerte de poder participar durante dos días.
José Manuel Navia es un fotógrafo que ama la fotografía y lo sabe transmitir. Es de esos apasionados que viven la fotografía las 24 horas del día.
Pero más que la vive, la piensa, la reflexiona y nos ayuda en hacerlo.
@José Manuel Navia- San Luis de Marañón, Brasil
¡Porque la fotografía exige reflexión! ¿Qué fotógrafo quiero ser? ¿Qué fotógrafo puedo ser? Reflexión para aprender a encontrar su propia voz.
Como bien dice José Manuel Navia, nadie construye sobre el vacío. Nos tenemos que remitir a nuestros referentes, esos fotógrafos que, por su obra, su trayectoria, su manera de entender la fotografía, nos inspiran, nos motivan, nos ayudan a crecer. ¡No es cuestión de imitarlos! Sería lógicamente imposible, aunque lo quisiéramos, por el simple hecho de que la sociedad, la época en la cual vivimos es fundamentalmente diferente del momento en el que desarrollaron su obra.
Por eso, esa reflexión, la tenemos que extender a nosotros mismos. “El ojo no puede ser nunca algo, sin una filosofía detrás de él” (Berenice Abbott, 1898-1991). Nuestra reflexión pasa por descubrir cómo nos gusta ver el mundo y que es lo que nos obsesiona. Porque no hay un autor sin una obsesión detrás.
El estilo, propio de cada uno, es la síntesis visual entre esa reflexión sobre la tradición y sobre sí mismo.
Escuchar a José Manuel Navia es también comprender que la fotografía, y especialmente la fotografía documental, requiere soledad. Observamos al mundo que nos rodea, lo queremos contar, pero nuestra mirada necesita esa soledad para poder leer y comprender esa realidad que queremos retratar.
Esa soledad y la humildad, que debería mover a cualquier autor, son las claves (con una gran dosis de energía!!!) para contar bien una historia, que es lo único que un reportero debería buscar: contar bien la realidad en la cual vivimos, con transparencia y sencillez.
Este año, he dado mi primer paso en el maravilloso mundo de la fotografía. Y analizar grandes fotógrafos, como Walker Evans, Robert Frank, William Eggleston o mi querida Diane Arbus, con la pasión de José Manuel Navia, me anima a seguir preguntándome: ¿Qué fotógrafa soy?
